En época de verano es de suma importancia mantener la piel fresca, ya que al secarse se generan arrugas con mayor facilidad. Pero debe de haber una manera en que podamos detener estos procesos naturales. En ese aspecto, el ácido hialurónico es un gran aliado.
Este aporta a la epidermis una constante hidratación y nutrición favoreciendo a la producción de colágeno. Recupera la elasticidad y firmeza de la piel ahora es más sencillo con este producto de aplicación cutánea.
Ya sabemos que las inyecciones de ácido hialurónico están a la orden del día y se utilizan principalmente para el relleno de labios, pómulos o surcos nasogenianos entre otras muchas otras demandas, como es el caso del embellecimiento de las orejas.
Al reponer el volumen del lóbulo se logra que la zona esté más “rellena” y consistente evitando así que esa parte de la oreja se doble o ceda por el peso de los pendientes. También se consigue incluso cerrar suavemente el agujero si está demasiado abierto y evitar así el efecto descolgado.
Fue en la década de los 90 cuando el ácido hialurónico comenzó a usarse en cosmética como un tratamiento contra las arrugas. En este ámbito, el ácido hialurónico actúa desde el interior de la piel. Se trata en forma de viales inyectables. De esta forma, esta sustancia consigue devolver el volumen inicial a nuestro rostro y a aportarle una hidratación en profundidad.
Otro de de sus grandes beneficios a destacar es que también mejora la tersura y luminosidad de la piel, corrigiendo los primeros signos del envejecimiento cutáneo y manteniendo nuestra piel joven de forma duradera.
En cualquier caso, lo mejor es hablar con un especialista para que él nos indique cuál es el tratamiento que debemos de seguir. Pero, ¡se puede retrasar el paso del tiempo?