Con el paso de los años, el rostro puede ir perdiendo firmeza y estética. Y eso es una preocupación que puede consumir gran parte de nuestra energía: ¿cómo irlo atrasarlo? ¿Cuáles son los tratamientos disponibles? Para despejar dudas te vamos a hablar de dos en específico: los hilos tensores y la bichectomía.
Los hilos tensores, también llamados hilos mágicos faciales o hilos japoneses, son pequeños filamentos fabricados con materiales que se degradan dentro del cuerpo. El que se usa más habitualmente es el que está compuesto de polidioxanona (PDO), que es un material que no genera alergia y es absorbible por el cuerpo.
Este hilo no solo es utilizado en centros de medicina estética, también en otro tipo de operaciones coronarias. Esto porque son seguros y permiten retoques. Lo que realizan estos hilos es tensar la piel que se ha descolgado por la edad; así permiten que esta tenga una mayor firmeza, al elevar los tejidos faciales. Es por eso que es de los tratamientos de lifting (levantamiento en inglés) más utilizados.
Sin embargo, no es todo lo que los hilos hacen. A nivel subcutáneo, la polidioxanona estimula la producción de elastina y colágeno en las zonas insertadas. El resultado es una visión estética muy armoniosa y agradable sin necesidad de bisturí. Hay un rejuvenecimiento fácilmente visible.
Y es que esto ocurre porque el sistema inmunológico cree que los filamentos son un objeto extraño e intenta proteger al cuerpo. Por ende, hay una inflamación pequeña, inofensiva, que propicia la formación de colágeno. Es como si hackearas al cuerpo para hacer lo que, de manera natural, hacía en la juventud.
Por su lado, la bichectomia es una cirugía muy sencilla que no suele requerir hospitalización ni anestesia general. Su objetivo es eliminar algo que se conoce como bolas de Bichat, las cuales son unos cúmulos de grasa que suelen aparecer en las mejillas.
Este procedimiento se realiza con unas pequeñas incisiones en el interior de la boca; por tanto, no quedan huellas visibles de la intervención. Todo dura 40 minutos, a lo mucho. Estas bolas de Bichat suelen tener un tamaño diferente para cada persona; son las que suelen dar una apariencia más redonda, con rasgos poco definidos y ángulos extraños a un rostro. Al realizar la cirugía, entonces, ayuda a crear más armonía en el rostro del paciente, que esté más equilibrado con la complexión del cuerpo.
Una cosa que sí es importante saber es que no hay que confundir con el caso de los pacientes que tienen sobrepeso. Al haber un descenso del peso, el aspecto del rostro cambia también sin ningún tipo de cirugía.
La operación con los hilos tensores es muy simple. Son introducidos con ayuda de una aguja super fina, la cual es retirada al finalizar el procedimiento y al haber colocado el hilo en el lugar deseado.
El número de filamentos que se necesitarán dependerá de la zona que se desee intervenir; aunque por lo general son entre 6 y 15 hilos.
Las sesiones, de hecho, se realizan sin anestesia invasiva (si acaso solo local, con una crema), y suelen durar entre 20 y 30 minutos. El proceso no genera dolor, al utilizarse anestesia local. En caso de que el procedimiento fuera en otras partes del cuerpo, el especialista podría programar más de una sesión.
Tras el procedimiento es posible que aparezca una leve inflamación en la zona tratada, pero estos desaparecen en unos días. Lo que sí es que hay que tomar la medicación que proporcione el médico, y si hay molestia aplicar frío para que no haya inflamación.
Los resultados pueden empezar al cabo de unas semanas. Se puede observar cómo se tensa la piel, el óvalo facial, las cejas. Ahí es donde ocurre el lifting, que hace que el rostro se vea rejuvenecido.
El cuerpo absorbe los hilos en un plazo de 6 a 8 meses, pero su efecto se mantiene al menos un año o año y medio. Incluso, en algunos casos, hasta dos años.
Ambos tratamientos tienen objetivos totalmente distintos. La bichectomía busca darle filo al rostro, y los hilos tensores buscan levantar la piel que ya está caída. Es por eso que lo mejor es hablar con un médico especialista, quien pudiera dar un diagnóstico exacto y un tratamiento a seguir.
Pero ambos procedimientos son seguros. Incluso podrían ser complementarios. Por eso no debe haber preocupación. ¡El tiempo puede ser revertido!